Los expertos aseguran que Ourense, Galicia (noroeste de España), es una potencia incendiaria en el mundo. En 2019 España, Portugal y Polonia fueron los tres Estados miembros de la Unión Europea (UE) que sufrieron un mayor número de incendios durante el peor año registrado en cuanto a incendios forestales en todo el planeta, y en el que ardieron en Europa más de 400.000 hectáreas de terrenos naturales, según los informes publicados por la Comisión Europea.

La provincia de Ourense es una de las más castigadas por las llamas en Europa. Los incendios forestales vuelven cíclicamente sobre sus pasos girando en un bucle de destrucción. Según datos publicados por el Gobierno, de las 60.000 hectáreas calcinadas en España en el año 2020, un 25% (más de 15.000) se quemaron en Ourense. En esta provincia arde sobre quemado año tras año y se contabilizan más de 260.000 hectáreas quemadas en lo que va de siglo. La despoblación, el envejecimiento poblacional, la plantación de especies foráneas y la ancestral cultura del fuego son algunas de las causas de los incendios forestales que asolan este rincón de la comunidad gallega.

Existe una clara relación entre el cambio climático y los incendios forestales. Los incendios arrasan el patrimonio natural cobrándose vidas, destruyendo hogares y cubriendo nuestra existencia de humo. A medida que el calor terrestre aumenta, crecen la frecuencia y la virulencia de estos eventos extremos. La fórmula es sencilla: a más calentamiento, más largos son los veranos, más se secan los bosques y, por lo tanto, más fácilmente arden.

Esta recopilación fotográfica es una selección de imágenes fruto de diez años de trabajo documentando la problemática de los incendios forestales en la provincia de Ourense.